
Clara es Canvi. Se dió generosamente a nosotros y dejó una semilla en cada uno para que siguieramos luchando juntos en este proyecto, su proyecto. Clara falleció ayer tarde a consecuencia de su insuficiencia respiratoria, ella venció a su cáncer, pero las secuelas del tratamiento tan agresivo al que se enfrentó a lo largo de cuatro años la dejó con tan sólo medio pulmón... Clara no superó la operación de pulmón (neumotorax) pero no nos ha dejado, no se ha ido... aún existe Canvi y su sonrisa, su eterna sonrisa.
Clara Henares
Como padre de Clara no puedo escribir ahora de lo que es evidente: del dolor como un surtidor y del echar de menos por todos los rincones a una hija muerta a los 23 años.
Escribo, mejor, haciéndome voz de quienes la han tratado en estos últimos años. Clara recibió el mazazo de un cáncer linfático cuando acabó el primer curso de la universidad. En estos cuatro años -aquí, en La Arrixaca y en Barcelona- ha sufrido de todo: bisturí, pinchazos en vena, tubos, quimios a manta, radios, cariños de médicos y ATS, y muerte al fin.
Pero entretanto, como las esporas, fue dejando huellas sin que se notara mucho. Caían de ella simientes de luz. Y así -rota ella misma, pero fuerte de mente- no cesó de hacerse cooperante (voluntariado de claridad) con enfermos de cáncer, con la Asociación, en la casa de la reunión, en el Naval. Y en el último año, en la extensión de la oenegé llamada Canvi (Cáncer y Vida), que nació en Barcelona, pero la segunda casa creada está en Cartagena.
Clara se erigió en multiplicadora acá. En Barcelona la conoció, vivió sus talleres, sus esperanzas, su generosidad sin ánimo de lucro. Todo ello queda ya entre nosotros en reuniones mensuales, talleres, prácticas, cursos... Todo se hace ahí gratis et amore entre enfermos y maestros colaborantes.
Por eso, Clara anda hoy resurrecta. La muerte no tiene ya poder sobre ella. Las esporas que ha dejado huelen a kerygma pascual. A esto: el Padre Dios no espera en el umbral. Caminamos siempre hacia cruzarlo. Apenas corre rompimiento entre el acá y el allá. Lo digo yo, que soy el padre de Clara. Y lo dicen los enfermos de cáncer. Por eso me recreé en poner -en letras grandes- en su esquela de La Verdad: Clara clarere voluit (Clara quiso alumbrarnos). Y, por eso, desde hace años, en la tumba de mi familia pone esculpido: Loado seas, Señor, por la hermosa muerte, que es canto de San Francisco de Asís, juglar pobre, poeta y santo, a quien tanto admiro.
Paco Henares
Palabras del despertar
Viajé contigo sobre sendas que despuntaban en desafiantes acantilados donde la brisa, suave y pura, se respiraba con facilidad. Sobrevolé contigo, de tu mano, las fronteras que existían hasta el mar y la montaña donde se encontraba el aire más limpio... donde la sonrisa que había conocido hacía unos meses aún brillaba más.
Contigo aprendí, a mis recién cumplidos veintiseis, los colores, el valor, las acciones, el verdadero esfuerzo y el sentido de nuestra existencia. Despertaste con tus ojos a más de un centenar de oidos que crecieron con tu historia y creyeron en la vida, esa de la que tu sólo sabías hablar.
Luchamos contra los más altos molinos y nos caemos paradojicamente por la falta de viento que los mueve.
Si es verdad que quienes experimentan un crecimiento interior tan profundo, tan maravilloso como el tuyo, son capaces de alcanzar un estado superior intangible e invisible para el resto de los humanos, seguro que tu descansas ahora allí... Tranquila, en paz, en calma, serena tras un larga lucha de cuatro años.
Tu legado y la sabiduria que hemos heredado es tan valiosa como la de un chamán, imperecedera e inextinguible como los consejos de paz de una machi. Eres angel, eres alma, eres y serás Canvi.
Hasta pronto, compañera.
A Clara
Hoy deberías volver
en forma de lluvia...
cayendo pausada y lentamente
así... como te has marchado.
Y saldría a la calle sin paraguas
para empaparme de tí,
de tí que apenas me rozaste el alma;
que en sólo unas horas
arrojaste mi vacío
llenándolo de colores...
Del azul verdoso de tus ojos
Del verde esperanzado de tu lucha
Del gris incierto de tu futuro
pero teñido de rosa con tu sonrisa.
De un blanco luminoso que te rodeaba
reflejando el arcoiris...
Eres vida, eres música
Eres aliento y respaldo
eres portazo que despierta
al que duerme y se ha rendido
No te marchas...
... no te has ido.
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4 comentarios
Xavi -
Un abrazo muy fuerte desde Granada...una ciudad que vive alumbrada por el recuerdo "Clara clarere voluit"
Angelita -
Quiero recordarte hoy, Clara, no en los sombríos hospitales de los últimos meses sino a finales de junio del año 2002, sonriente y llena de vida, pero sin saberlo herida de muerte, en la luminosa y bellísima ciudad que es Granada, mi ciudad, que a tí tanto te gustaba y en donde estabas terminando el primer curso de la Facultad.
He leído hace poco una frase de un escritor que dice que "escribir es poner sobre el papel la evidencia del olvido", y por eso precisamente para que no se olviden, te mando estas líneas donde quiera que estés para que sepas que aquéllos fueron unos días hermosos que se me han quedado impregnados de tu recuerdo.
Paseé contigo y con tu prima Inés por tantos y tantos sitios bonitos que hay allí hasta llegar al atardecer a tu lugar favorito y mío: El Mirador de San Nicolás, y después nos adentramos por las callejuelas del Albaicín llegando a una pequeña tienda en donde le compré unos pendientes a mi hija. Te dije que eligieses unos para regalártelos y tu respuesta todavía hoy, que han pasado cuatro años me sigue sorprendiendo. Dijiste: "No hace falta que me regales nada, ya me has regalado este día".
En ese instante comprendí que la niña-mujer de 18 años que tenía delante era alguien muy especial y que era todo un privilegio el tenerte como sobrina.
No se han podido cumplir tus sueños de volver otra vez al Mirador de San Nicolás, pero yo, si la vida me da la oportunidad de ir, pensaré en tí y te veré como te ví la última vez de aquel junio, sentada de medio lado en el alto borde de la plaza y contemplando enfrente la maravilla de la Alhambra.
Un beso muy fuerte. Tu tía Angelita.
edelwies -
Que luchaste incansable durante cuatro años; que el destino, o no se sabe el qué ni por qué te quitó la juventud, el futuro, tus proyectos...
Cuando íbamos juntas a la EOI, ni tú ni yo podíamos sospechar cuán diferentes iban a ser nuestros caminos. Yo, entre fiestas y libros, con los problemas típicos y banales propios de la edad. Tú, con tu lucha, tus miedos, tu sufrimiento, tu esperanza y tu ilusión. Aferrándote a la vida entre hospitales y operaciones.
Y ahora, después de esta gran batalla te has ido, cansada. Pero tu lucha no ha sido en vano. Los que te conocimos, o supimos de tí seguiremos tu ejemplo valiente, lleno de esperanza en este camino que nos queda por recorrer. Nos aferraremos a la vida exprimiéndola al máximo y en los momentos de desánimo miraremos al cielo y veremos esos preciosos ojos azules.
Estés donde estés, descansa en paz.
Maribel y Juan -
Maribel y Juan